Debod

Don Víctor: Entonces, don Hugo, van y me dicen los nietos: “Abuelo, ¿tú sabes lo que dicen esos jeroglíficos?”
Don Hugo: Qué interés el de sus nietos… los míos no hacían más que meterse por esos corredores bajos y enredar…
Don Víctor: El caso es que, por hacer la gracia, elevé los brazos y empecé a canturrear con la voz del bajo Sarastro: “¡Oh Osiris e Isis…!”
Don Hugo: Lo que no se le ocurra a usted, don Víctor…
Don Víctor: Pero escuche lo mejor… entonces se levanta el municipal de su silla y me suelta: “¡Respeto!, ¡Que es un templo!”
Don Hugo: Baje usted los brazos, hombre de Dios, que nos está mirando mal el guardia…

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