
Don Hugo: Dígame usted, don Víctor, ¿cómo imagina en lo físico a Hamlet?
Don Víctor: Como Lawrence Olivier, aunque me hubiera gustado mucho ver el de Vittorio Gassman. En todo caso, lo veo como un joven esbelto.
Don Hugo: Eso pensaba yo también, don Víctor… Mire que lo habré leído cincuenta veces y ha tenido que ser Víctor Hugo quien me lo descubra ayer por la tarde en el monumental prólogo que dedica a Shakespeare. Escuche: “fat and short of breath”. Así lo describe su madre durante el duelo con Laertes, que pondrá fin a su vida.
Don Víctor: ¡Atiza! O sea que era “regordete y corto de aliento”.
Don Hugo: El típico pícnico, don Víctor. A la tipología de Kretschmer le remito, ¡que lo confirma plenamente! Tendencia a la manía-depresión…
Don Víctor: ¡La melancolía de Hamlet!
Don Hugo: … sociable cuando no está deprimido…
Don Víctor: ¡Y tanto!, dicharachero con sus buenos amigos; sarcástico y hosco con Polonio y los espías del rey.
Don Hugo: … aficionado a las humanidades…
Don Víctor: Lee y compone poemas, es cierto… Entonces, yo, don Hugo, ¿cómo soy, según Kretschmer?
Don Hugo: ¡Leptosomático y esquizoide! De enfermar mentalmente, usted daría en la esquizofrenia.
Don Víctor: ¡Me estaba temiendo algo parecido!… Pero entonces, don Hugo, para el baile del Círculo tendré que pasarle a usted mi disfraz de Hamlet.
Don Hugo: Sí y que lo acomode Dolores con la Singer.
Don Víctor: Vamos a ver, don Hugo, ¿no me verá usted a mí como Falstaff, verdad?