Larra

Don Víctor: Han pasado ya dos siglos y qué actual sigue siendo Larra en bastantes cosas, a pesar de lo mucho que hayamos prosperado.

Don Hugo: Tiene usted razón, don Víctor, ahora ya no hay carlistas, pero están sus herederos, los nacionalistas.

Don Víctor: Ya no están los espadones, pero sí los patrioteros corruptos envolviendo sus desafueros en la bandera… ¡igualito que los nacionalistas!

Don Hugo: ¿No es cierto que, para nuestra vergüenza, aún tiene sentido aquel “aquí yace media España, murió de la otra media”?

Don Víctor: Los políticos, faltos de formación y de ética, siguen cortados por el mismo patrón y generando unos partidos de pretendientes adulones.

Don Hugo: La fealdad todavía en muchos establecimientos abiertos al público…

Don Víctor: … que rima con la rudeza en el trato y con el abuso de familiaridades injustificadas.

Don Hugo: Esos jovencitos que sólo viven pendientes de las modas y que aspiran a la ociosidad permanente.

Don Víctor: Lo que peor llevo, don Hugo, es el desdén hacia “este país”, innombrable, que justifica la incuria y la irresponsabilidad de aquéllos que consideran que España no está a su altura.

Don Hugo: Claro que sí, don Víctor, pero quizás haya algo aún peor: que la administración actual se vuelva aún más complicada e ineficaz si cabe con la digitalización y el fin de la atención presencial.

Don Víctor: Vamos, don Hugo, que si a Larra, en lugar de decirle “Vuelva usted mañana”, le mandan que se descargue el programa FACE, ¡se nos pega un tiro antes de tiempo!

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