
Don Víctor: En comparación con ellos, ¿qué valor tienen los Fernán Caballero, Gabriela Mistral, George Sand?
Don Hugo: Y en el otro lado, los Clarín, Azorín, Rubén Darío…
Don Víctor: O los Voltaire, Molière, Mishima…
Don Hugo: Y los grandilocuentes Pablo Neruda, Blaise Cendrars y el Conde de Lautréamont. ¡Qué pseudónimos tan bonitos todos y tan enaltecedores!
Don Víctor: Como que son gratis y se los pusieron ellos mismos…
Don Hugo: Por eso le hablaba yo, don Víctor, de la superioridad de los flamencos y toreros cuando no son ellos mismos quienes se han rebautizado.
Don Víctor: Claro, don Hugo, el que la gente sea quien les haya adjudicado el remoquete, indica que son alguien, que se habla de ellos, que se los conoce y reconoce.
Don Hugo: La Chunga, la Contrahecha, la Polaca, Agujetas, el Perro de Paterna, Terremoto de Jerez, el Rerre, la Piriñaca, Chato de Cádiz…
Don Víctor: Costillares, Gordito, Cúchares, Lagartijo, Frascuelo, Bombita, Machaquito, Cocherito de Bilbao, Gallo, Cagancho, Bienvenida…
Don Hugo: Todos, ¡héroes del pueblo!