
Don Hugo: ¡A buena hora se les habría ocurrido en una gran producción de los años 40 poner de princesa de las galaxias a una chiquilla descolorida y con cara de acelga!
Don Víctor: Ni para princesa ni para gitana que baila en la playa. Acuérdese usted, don Hugo, de Maureen O´hara como Esmeralda de “El jorobado de Notre Dame”.
Don Hugo: Dolores siempre me dice que ya no hay actrices resplandecientes, como las de entonces.
Don Víctor: Eso lo explica muy bien Piaget…
Don Hugo: ¿Cómo?, ¿en cuál de sus obras aborda este tema tan ajeno a la paidopsicología? Como no sea en…
Don Víctor: ¡Ese Piaget, no, hombre! Yo me refería a la modelo Cristina Piaget. Opinaba en una entrevista que el ocaso del glamour de la actriz hollywoodiense deja un vacío que vienen a llenar las modernas modelos de alta costura. A ellas les toca ahora deslumbrar.
Don Hugo: Para mí, el paradigma de estrella actual lo representa muy bien Scarlett Johansson, con curvas, pero bajita y con la cara lavada. En definitiva, una mujer que puede uno encontrar fácilmente en el metro o en la cafetería.
Don Víctor: Una heroína democratizada. Mona, pero no estilizada como las diosas.
Don Hugo: Y más allá del fotograma, cuando salen a comprar trapitos…
Don Víctor: ¡Quite, quite, ¡si van hechas unas desgarramantas!
Don Hugo: Lo malo, don Víctor, es que ahora, con tanto piercing, tanto tatuaje y tanto bótox, las chicas jóvenes siguen imitando a las actrices, pero esta vez en esa estética chabacana.
Don Víctor: ¿Qué se hicieron de aquellas estrellas como, por ejemplo, Greta Garbo, esplendente siempre, tanto en el celuloide, como en la vida real?