
Don Víctor: Yo, don Hugo, contemplando este aparatoso retrato, no puedo por menos de pensar en un eterno: el criado sacándole las castañas del fuego al incompetente patrón con ambiciones de abeja reina.
Don Hugo: Si es igual que eso del ordenanza Tudela en la fábrica incautada por los rojos en “Consejo obrero” de Chaves Nogales: “… con sus cincuenta y tantos años de domesticidad, sabía que el jefe es siempre arbitrario, violento e ininteligente”.
Don Víctor: Sí, sí, ya sea el patrón capitalista o el secretario del Comité Ejecutivo del Consejo Obrero.
Don Hugo: Antes que Chaves Nogales, don Víctor, ya lo vio la Comedia Ática y nuestro Gracián, que los criados están para resolver las incompetencias de los amos y que “es una gran suerte de los poderosos acompañarse de hombres de gran entendimiento que los saquen de todos los problemas causados por la ignorancia”.
Don Víctor: ¿Y quiénes resuelven las tribulaciones de los incapaces Innamorati, sino los domésticos, zanni y servette, de la Commedia dell´Arte?
Don Hugo: Y paragonados a sus señorones en la cuestión amorosa, siempre prevalecerá también el vigor bronco de los jóvenes criados, justamente como dice la Lozana Andaluza.
Don Víctor: Jesse Owens, que olía aún a esclavo, arrampló con todo en los Juegos Olímpicos de Berlín. Eso sí que fue un puñetazo en la mesa por parte de los fámulos.
Don Hugo: Un negro ganaba las medallas para los Estados Unidos… Si ya lo decía Hegel, que el esclavo va percatándose de que es él quien produce y transforma el mundo, de tal manera que acaba por tomar conciencia de sí y desalienarse, en tanto que los amos van convirtiéndose en dependientes de sus esclavos.
Don Víctor: Lo dijo mejor la Lozana, que “valen más los moços que sus amos”.