Elitismo tonto

Don Hugo: No se va a creer usted lo que me respondió el otro día Planes-Bellmunt cuando hablábamos de Valle -Inclán. Le conté aquello de que mi hermana Herminia supo por boca de la propia hija del escritor, que fue compañera suya de colegio…

Don Víctor: Ah, sí, que para él los versos más bellos de la poesía española, eran aquéllos de “La luna en el mar riela…

Don Hugo y don Víctor: En la lona gime el viento / Y alza en blando movimiento / Olas de plata y azul”.

Don Hugo: … pues va y me dice que “algo malo había de tener Valle-Inclán”.

Don Víctor: ¡Qué manía tienen algunos de dárselas de exquisitos, elitistas, minoritarios e interesantes, despreciando aquello que pueda gustar a todo el mundo, por bueno que sea!

Don Hugo: Lo que en Planes-Bellmunt no deja de ser uno de sus muchos rasgos de esnobismo vanidoso, en un crítico profesional es pecado mortal. Se lo digo, don Víctor, porque hace pocas semanas oí en Radio Clásica que el aria de “La donna è mobile” es muy mala.

Don Víctor: ¿Y cómo lo argumentaba?

Don Hugo: De ninguna manera. Simplemente la descalificó. Y al cabo de una semana, un estudioso de Proust, dijo de pasada otro tanto a propósito del “Don Juan” de Zorrilla.

Don Víctor: A mi juicio, don Hugo, y de cualquiera que razone, la canzonetta del Duca no puede ser más adecuada musical y dramáticamente: ligera, despreocupada, inconsciente, frívola, como es el personaje. Permite además un contraste conmovedor cuando vuelve a oírse entre bambalinas mientras en escena Rigoletto cree tener en el saco el cadáver del burlador de su hija.

Don Hugo: Lo que todo el público sabía ya… ¡Qué ejemplo supremo de ironía trágica!

Don Víctor: Sí, la maledizione!

Don Hugo: En cuanto al “Don Juan” de Zorrilla, si bien no profundice como el de Molière, es la única pieza romántica española que ha perdurado, y, además, arrebata con sus ripios tan bellos, o más, que los de Góngora; presenta sentimientos en los que el pueblo se reconoce y lo educa en el arrepentimiento, el perdón y un amor que aúna lo humano y lo divino.

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