
Don Víctor: Repare usted, don Hugo, en que las ciudades como París, ¡qué cargadas están de significados!… ¡Nos han contado tantas cosas, y hemos hablado tanto de ellas…!
Don Hugo: Sí, don Víctor, París es tantas cosas…pero quizás lo que más relevancia adquiere en el inconsciente colectivo sea la ciudad bohemia por excelencia, el Montmartre de los artistas. «Escenas de la vida bohemia» de Murger, «La Bohème» de Puccini, el «Bohemios» de Vives… A propósito, ¡qué gracia me hace aquello tan chusco de papá Gérard proponiendo al poeta y libretista Víctor que vaya «a ver a Auber»!
Don Víctor: Recuerdo que mi padre tenía un compañero llamado Pla al que apreciaba mucho y a quien debía un gran favor, y pensó aprovechar un viaje profesional a París para traerle un detalle. Cuando se despedía de nosotros, riéndose de su propio chiste, nos dijo: «Me voy a París a comprar un paraplí para Pla».