
Don Víctor: ¡Y que nunca me leía nada!
Don Hugo: ¿Qué me dice usted, don Víctor? ¡Y que iba a entrar en la Academia con tanta obra bajo el brazo sin leer!… ¡Buenos son los franceses!
Don Víctor: Le tengo que enseñar el recorte de prensa que tengo en casa entre los papeles de mi tío Conrado.
Don Hugo: ¿Ése que era médico en Bilbao y que iba tanto a San Juan de Luz?
Don Víctor: El mismo. Bien, pues en la entrevista de marras, a la pregunta de cuál era su autor preferido, Loti contesta que ninguno, pues no lee nunca.
Don Hugo: Boutade habemus…
Don Víctor: Que no, que no, don Hugo, que no le gustaba leer, que sólo le gustaba escribir…
Don Hugo: Pues eso sólo tiene una explicación: la instrucción pública francesa, la de Jules ferry y del petit père Combes.
Don Víctor: Eso pienso yo: desde la maternal hasta el último curso del Bachillerato se lee mucho, se analizan críticamente los textos y se trabaja rigurosamente la expresión escrita.
Don Hugo: Más allá de algunos parecidos, es lo que va de Loti a Baroja.