
Don Hugo: Y esta vaca… ¿será gallega, asturiana o de la Montaña?
Don Víctor: Hombre, la vaca será checoslovaca.
Don Hugo: ¿Y este aparato limpia bien la vajilla?
Don Víctor: ¡Es tan bueno que limpia la vajilla y hasta la altilla!
Don Hugo: No sé, no sé, don Víctor… Lo hace usted muy bien, de eso no hay duda, pero como los Calatrava no van disfrazados ni maquillados, por mucha boca descomunal que usted exhiba, estos hermanos, callados, no serían nada…
Don Víctor: Claro, claro, tiene usted razón, don Hugo. No vamos a pasarnos toda la fiesta del Círculo dando la murga…
Don Hugo: Para mí, está claro: el guapo representa al payaso blanco, tan remilgado, tan sabihondo, tan cursi y tan guapito…
Don Víctor: … mientras que el feo es el augusto, esa mezcla de niño, borracho, paleto y loco.
Don Hugo: Qué poco han visto en ellos los intelectuales de aquello que decía Octavio Paz: que la vanguardia artística es primitivista y que ahí radica su fuerza.
Don Víctor: Aunque siempre cuidaban de tejer una historia donde ir hilvanando los chistes, nunca se apearon de esa tosquedad, de esa sal gorda, de esa simpleza popular…
Don Hugo: … y de esa insobornable inocencia, incluso bondad, que representa para Pasolini la condición indispensable del buen cómico… A propósito de intelectuales, don Víctor, ¡qué buenos Estragón y Vladimir habrían hecho los dos, dirigidos por Boadella!
Don Víctor: Igual que ese “Tenorio” con Arturo Fernández.
Don Hugo: ¡Uno para terminar, don Víctor.
Don Víctor: “He ido al oculista a que me graduara la vista… ¡y me la ha suspendido!”