Las diez maravillas del mundo

Don Víctor: De manera que éstas son las diez obras de arte más caras, las nuevas maravillas del mundo.
Don Hugo: Mejor diga usted el hit parade de las salas de subasta.
Don Víctor: Por desgracia hoy en día es lo mismo: lo más caro es lo más valioso, pero de verdad ¿que son estas diez?, ¿no será éste uno de sus experimentos psicológicos, don Hugo, y yo, una vez más, su sujeto experimental?
Don Hugo: Quite, quite, que esto no es motivo de chanza y que va en ello la cordura del siglo acabado. Le propongo a usted, don Víctor, que juguemos al cura y al barbero.
Don Víctor: ¿Un expurgo?… A la vista de estas diez maravillas, voy a encender una hoguera muy grande. Empiece usted, don Hugo.
Don Hugo: En décima posición, «Ocho Elvis» de Andy Warhol.
Don Víctor: A ése hay que quemarlo ocho veces.
Don Hugo: En noveno lugar, «Muchacho con pipa» de Picasso.
Don Víctor: ¿Con pipa? Él mismo está pidiendo fuego.
Don Hugo: No se anime usted tanto, don Víctor, que Picasso ha logrado colocar otros dos candidatos… pero prosigamos el escrutinio… El octavo es «El hombre que camina I» de Giacometti… y yo, don Víctor, lo querría salvar.
Don Víctor: Sí, irá al jardín del Reina Sofía, pero en su lugar que me quiten el Calder para fundirlo en la hoguera.
Don Hugo: Vaya el uno por el otro… Séptimo: «Desnudo, hojas verdes y busto».
Don Víctor: ¿Otra vez Picasso?
Don Hugo: Ya se lo advertí a usted.
Don Víctor: Para que no me tache usted de cruel, a éste lo enviamos a un tatoo-shop para que decore el bíceps de un marinero.
Don Hugo: Ahora viene «El grito» de Munch.
Don Víctor: A éste, no se le puede quemar…
Don Hugo: Pero, ¿con éstas me sale usted ahora, don Víctor?
Don Víctor: … afortunadamente lo robaron.
Don Hugo: El quinto es «Adèle Bloch-Bauer» de Klimt.
Don Víctor: A la hoguera de las vanidades con él. Para este bizantinismo desacralizado, me quedo con los Nazarenos alemanes.
Don Hugo: Cuarto: «Woman III» de De Kooning.
Don Víctor: No hay ni que empujarlo. Anda por sí solo.
Don Hugo: «Number 5, 1948» de Pollock, medalla de bronce.
Don Víctor: Una sola virtud le encuentro, que con su gran tamaño avivará el fuego hasta el alba.
Don Hugo: Medalla de plata para «El sueño» de Picasso.
Don Víctor: Otorguémosle el sueño eterno. ¡A la pira con él!
Don Hugo: Campeón: ¡»Los jugadores de cartas» de Cézanne! Esto es distinto…
Don Víctor: ¡Y tanto!… porque, entre esta turba, cómo condenarlo.
Don Hugo: Remite a una investigación seria, a una idea del arte, a una concepción geométrica del mundo, a una técnica.
Don Víctor: Ya sólo queda satisfacer el último deseo del condenado.
Don Hugo: ¡Gracias a Dios! Querría pedirle el indulto del número tres.
Don Víctor: ¿El Pollock?
Don Hugo: Creo que su diseño valdría para tapicería de un sofá. Siéntese usted aquí a calentarse con el fuego, que hay sitio de sobra para los dos.

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