Libertad y delito

Don Hugo: Se lo he traído porque creo que nadie como Burguess ha planteado el problema con tanta claridad y eficacia: «Cuando un hombre no puede elegir, deja de ser hombre».

Don Víctor: Lo comprobaré con mucho interés, don Hugo… Yo creo que en la película quedó bien recogida la protesta del sacerdote de la prisión, que para mí no podía ser más que católico.

Don Hugo: Es que yo creo que Kubrick rodó «La naranja mecáncia» justamente para exponer esta disyuntiva moral: ¿ha de prevalecer el libre albedrío o el orden?

Don Víctor: Lo que hacen con el delincuente juvenil Alex es condicionar mecánicamente su conducta sin que su voluntad tenga parte. Es inofensivo a la fuerza, pero no buena persona.

Don Hugo: ¿Y cómo se iba a escapar el pobrecillo de esa pinza del condicionamiento pavloviano y del condicionamiento skinneriano?

Don Víctor: Por una vez, y sin que sirva de precedente, le voy a pedir que aclare un poco su explicación.

Don Hugo: Con mucho gusto, don Víctor: pavloviano, o clásico, pues se le presentan simultáneamente dos estímulos que quedarán ya inevitablemente asociados en él….

Don Víctor: La violencia y las náuseas.

Don Hugo: …Skinneriano, u operante, pues una conducta, si bien sólo potencial, es castigada repetidamente, imposibilitando así su manifestación.

Don Víctor: Claro, en definitiva el gran problema de los regímenes democráticos… Antaño era mucho más fácil conformarse con el castigo. Quien manda, manda… justa o arbitrariamente. ¡Si hasta hacían a Dios cómplice de aquel estado de cosas!

Don Hugo: Y Dios, en su consabida cazurrería, nunca se pronunciaba…

Don Víctor: Y bien que se aprovechaban de ello los que mandaban… hasta que cundió la teoría del Contrato Social….

Don Hugo: La cárcel, producto de la civilización, simboliza monumentalmente esa contradicción entre la libertad inviolable del ser humano y la necesidad social de defenderse del delito.

Don Víctor: Y seguiremos por los siglos de los siglos empeñados en corregir constantemente ese equilibrio precario, inestable, discutido, y siempre insatisfactorio, entre libre albedrío y buen comportamiento.

Don Hugo: Por eso no descansaré hasta que desde la Fundación consigamos ese protocolo con el penal del Puerto, que nos vincule al certamen de cante interpretado por los propios reclusos.

Don Víctor: ¡Como que la «carcelera» es el palo flamenco que representa la sublimación de este problema!

Don Hugo y don Víctor (cantando):»Mejor quisiera estar muerto / que preso pa toa mi vía…»

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