Lluvia

Don Víctor: ¡Una bendición!
Don Hugo: ¡Agua bendita!
Don Víctor: Traemos con nosotros una sed de siglos…
Don Hugo: Cómo hemos dejado Castilla: una pelleja reseca…
Don Víctor: …un pájaro frito…
Don Hugo: … un viejo zancarrón…
Don Víctor: … una pintura enjuta de la escuela de Vallecas…
Don Hugo: … un mal sueño del Dalí más deshidratado…
Don Víctor: … una momia que emerge de las arenas…
Don Hugo: … una mojama como una suela…
Don Víctor: … un fraile espectral de novela gótica…
Don Hugo: Y aquí, en cambio, esta lluvia cernida…
Don Víctor: xirimiri…
Don Hugo: chipichipi…
Don Víctor: garúa…
Don Hugo: tapayagua…
Don Víctor: calabobos…
Don Hugo: ¡Cuidado ahí, don Víctor!
Don Víctor: Don Hugo, que le conozco… ¿qué me prepara usted ahora?
Don Hugo: Alfonso XIII vino aquí, a Gijón, a inaugurar el Club Náutico. Día espléndido. De repente se encapota el cielo y comienza la lluvia fina. Dice el Rey: “¡Vaya por Dios! Con lo bueno que hacía y cae ahora este calabobos…” Alguien le replica…
Don Víctor: Sí, don Hugo, si ya me lo ha contado usted: “Orbayu, majestad, que en esta tierra no hay ningún bobo”.

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