
Don Hugo: Desde luego esto no es el Panteón de Roma…
Don Víctor: … ni la catedral de Chartres…
Don Hugo: … ni la basílica de Palladio…
Don Víctor: … ni la Villa Saboya de Le Corbusier…
Don Hugo: Yo lo que veo es una especie de escultura…
Don Víctor: Aunque usted no lo haya visto nunca por dentro, ha acertado de pleno: sus espacios interiores carecen totalmente de interés y no son ningún prodigio de funcionalidad.
Don Hugo: Eso sí, grande y caro ¡todo lo que usted quiera!
Don Víctor: ¡Como que lo ha diseñado el mejor arquitecto del mundo!
Don Hugo: Bien mirado, aquí junto a la ría, podría parecer un acorazado japonés de la clase Yamato, listo para el desguace.
Don Víctor: ¿No le recuerda, a escala gigante eso sí, a algo como “Desarrollo de una lata de conservas”?
Don Hugo: Yo, desde luego, no pienso entrar. ¡Media vuelta, don Víctor!
Don Víctor: Vámonos a lo viejo, don Hugo… ¡Con lo que nos gusta a usted y a mí Bilbao!