
Don Víctor: If, if, if… ¿pero cuántos sies le faltan aún por leerme, don Hugo? Si esto es el Anticristo… porque Cristo es precisamente el Anti-si: que si samaritano, que si gentil, que si romano, que si adúltera, que si publicano, que si leproso, que si niño, que si, que si… ¡Pero a Él qué le importaban los sies!
Don Hugo: Es que Kipling empieza a poner condiciones y a ver quién es el guapo que le para. Pues ahora fíjese en éste: «If you can think – and not make thoughts your aim»
Don Víctor: Qué cicatería. ¡Viva el idealismo!
Don Hugo: Y ahora qué me dice usted de este otro: «If you can dream – and not make dreams your master»
Don Víctor: ¡Si le pillara Shakespeare con semejantes restricciones!
Don Hugo: La de Shakespeare era otra Inglaterra, tan vital y generosa como prosaica y envarada fue luego la pringosa Inglaterra de la Revolución Industrial.
Don Víctor: Para mí lo peor de todo es eso de «Si todos pueden contar contigo, pero…»
Don Hugo: Aquí lo tengo, don Víctor: «If all men count with you, but none too much»
Don Víctor: ¡El colmo de la mezquindad!
Don Hugo: Pero el premio es gordo. Se lo voy a traducir: «Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella!»
Don Víctor: Vamos, ¡el Imperio Británico!
Don Hugo: La Commonwealth, don Víctor… pero en medio de todo, me gustaría que reparáramos en este otro pasaje: «Si lo pierdes todo y empiezas de nuevo desde el principio sin lamentarlo, y si vences siempre el desaliento cuando no te quede nada…»
Don Víctor: Pues sí, ahí al menos Kipling lleva razón. Recuerda a aquello del Quijote de que «bien podrán los encantadores quitarme la ventura, que el esfuerzo y el ánimo, será imposible»:
Don Hugo: Pero qué rapacidad la de ese pueblo… hay veces en que quisiera uno enviarlos a todos al castillo de If a que se pudrieran una temporadita con el pobre de Edmond Dantès.
Don Víctor: No mande usted allí más de uno o dos, don Hugo, porque ya sabe la cuenta: un inglés: un imbécil; dos ingleses: un club; tres ingleses…
Don Hugo: ¡Un Imperio!