
Don Hugo: No encuentro en él por ninguna parte el morbo romántico…
Don Víctor: Es verdad, asoma más bien el panfletario social.
Don Hugo: A pesar de ello, nadie más alejado del realismo.
Don Víctor: Baste con pensar en los temas: leyendas, héroes mitológicos…
Don Hugo: ¿Y cómo considerar simbolistas sus construcciones mastodónticas?
Don Víctor: ¿Qué opina de su línea de canto tan ampulosa?
Don Hugo: A mí me recuerda a Bellini.
Don Víctor: ¿Y esa orquestación tan sofisticada preñada de leitmotivs?
Don Hugo: Cada uno con su significado.
Don Víctor: ¿Y esa búsqueda de una inocencia…?
Don Hugo: … que uno no acaba de creerse… que huele a pastiche…
Don Víctor: Pues bien, don Hugo, a lo mejor a usted le parece, como a mí, que con quien tiene que ver Wagner es con los pintores pre-rafaelitas.
Don Hugo: ¡Arrea! Eso, don Víctor, es lo último que esperaba yo oír…
Don Víctor: Aquel canto spianato sería a la música lo que la línea pulcra es a la pintura pre-rafaelita… el riquísimo lecho orquestal es como el prolijo fondo de los cuadros, llenos de objetos preciosos cargados de connotaciones…
Don Hugo: Pues es verdad… Y la pretendida naïveté, que nace vieja, es la misma en ambos casos…