Nombres

Don Hugo: ¿Nunca se ha parado usted a considerar, don Víctor, hasta qué punto nos condicionan nuestros nombres?
Don Víctor: En algunos casos son una cruz con la que se carga toda la vida…
Don Hugo: Pues sí, pienso, por ejemplo, en mi tío Zósimo, que era tan presumido y tan guasón que, cuando se presentaba, decía: «Zósimo Zorzal, Gonzalo para las chicas».
Don Víctor: Y otros, en cambio, son resultones, estimulantes y una buena propaganda para quien lo ostente…
Don Hugo: Como es su caso: Víctor… o el de su hermano: Ángel.
Don Víctor: ¡Y mire usted que hay también nombres raros!…
Don Hugo: El más raro de todos, para mí que es «Tutto».
Don Víctor: ¿Tutto?
Don Hugo: Sí, ¿se acuerda usted de aquel recital que dio Pavarotti y de que usted no quiso venir conmigo?…
Don Víctor: Claro que lo recuerdo, don Hugo… quizá debiera haber ido…
Don Hugo: Bueno, pues al final, después de las propinas y sobre los últimos aplausos, resonó un voz estentórea: «¡Bravo Tutto!»

Deja un comentario