La canción del pirata

Don Hugo: “Y si muero, ¿qué es la vida? / Por perdida ya la di / Cuando el yugo del esclavo / Como un bravo sacudí”.

Don Víctor: Qué duda cabe que se trata del manifiesto poético fundacional del bandolerismo. Hubo que esperar al Romanticismo para alumbrarlo por más que, previamente, hubiera habido siempre bandidos.

Don Hugo (cantando): “Y aunque me cueste la vida / Mi suerte ya echada está / Y si la tengo perdida / Al cabo qué más me daaaaaa. / La ley me echó a los caminos / Y en ellos la ley soy yo. / Así lo quiso el destino, / Por eso bandido soy”.

Don Víctor: Sí, claro, la culpa la tienen siempre los demás; en este caso, el destino…

Don Hugo (cantando): “Me gustan los peligros / Y juego con la muerte”.

Don Víctor: ¿No habla luego el corrido de la soledad de ese desesperado?

Don Hugo: Sí, (cantando:) “Llevando la amargura / De estar solo en el mundo”… Claro, don Víctor, qué enorme poder y qué libertad no les otorgarán la ausencia de preocupación por la propia vida. Todo está ya a nuestro alcance… Uno es un Don Juan: mato al comendador, burlo a su hija, a otra la fuerzo, gano al juego con trampas, ¡me río de Dios y del Diablo!, a aquél lo amedrento, al otro lo compro y a todos espanto.

Don Víctor: Don Hugo, ¿cómo era aquello tan atinado que me citó usted de Montaigne?

Don Hugo: “Quienquiera que traiga su propia aborrecida, será siempre dueño de la del prójimo”.

Don Víctor: En definitiva, todo se encierra en aquello de “Condenado estoy a muerte / ¡Yo me río!”

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