Individualismos

Don Víctor: Mire, mire, don Hugo, ya he encontrado eso de Américo Castro… Permítame que lo lea, sin citar de memoria: «Aquí llamamos individualismo a la ausencia de leyes obedecidas de buen grado y a hacer -como decía Ganivet- «lo que me dé la gana».

Don Hugo: Pues eso, don Víctor, que nos creemos individualistas cuando somos tan sólo incívicos.

Don Víctor: La verdad es que los españoles somos un pueblo muy sociable y hasta asociativo… Nos falta tiempo para echarnos a la calle y encontrarnos con los demás…

Don Hugo: para coincidir en los bares e incluso para pasarnos todo el año, invirtiendo nuestro tiempo, nuestro esfuerzo, nuestra paciencia y nuestro dinero, en preparar la fiesta de Moros y Cristianos…

Don Víctor: … la chirigota del próximo Carnaval…

Don Hugo: … los alardes…

Don Víctor: … la procesión de Semana Santa…

Don Hugo: … El Belén viviente de mi pueblo…

Don Víctor :… los castellets…

Don Hugo: … la peregrinación al Rocío…

Don Víctor: … la Feria de Abril… ¡Pocos países tan amigos de organizarse sin que nadie se lo mande!

Don Hugo: Ahí está… ¡sin que nadie se lo mande!… Como nos lo manden, se acabaron las casetas del Real de la Feria, la romería, los castellets y sus castellers, el Belén, la procesión, el alarde, la chirigota, los Moros y los Cristianos.

Don Víctor: ¡Qué malo le supo a aquel guía napolitano de Pestum cuando usted se separó del grupo para deambular a su gusto y a sus anchas entre los templos y para sacar así sus propias conclusiones, mientras aquel público internacional aguantaba aquella verborrea llena de vulgaridades!… Lo spagnolo solitario!, masculló entre dientes mientras volvía usted hacia nosotros, tan orondo.

Don Hugo: Si es que… ¡estoy hecho todo un individualista!

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