
Don Víctor: ¿Y cree usted, don Hugo, que también a esta otra niña acabarán por quemarla viva en Rouen?
Don Hugo: No lo descarte usted, don Víctor, a la vista de los malintencionados comentarios que publicaba ayer la prensa.
Don Víctor: A Juana de Arco le hablaba San Miguel, pero la pregunta sería si los protestantes tienen también arcángeles…
Don Hugo: A Greta Thunberg debe de hablarle directamente Dios. Y la cosa no es para menos si tenemos tan próximo el fin del mundo.
Don Víctor: Claro, como lo hacemos todo tan mal… Mis nietos me afean el comer carne porque se necesita muchísima agua para producirla…
Don Hugo: A mí, que no clasifico bien la basura…
Don Víctor: Me dicen que no salga de paseo con usted, siempre perdiendo el tiempo… ¡que tengo que ir al gimnasio a hacer ejercicios de fuerza!…
Don Hugo: A mí me han puesto verde por tomar el avión parair a Londres a ver a mi hijo Luis… ¡Que tenía que haber ido en un barco velero!
Don Víctor: Pues el colmo es que ya no quieren montarse en el 1500 conmigo los domingos…
Don Hugo: Hombre, don Víctor, es que ya van siendo mayores…
Don Víctor: Que no, don Hugo, que no es eso; es que dicen que contamina mucho y que me compre uno eléctrico… ¡total, sólo cuesta cuatro veces más!…
Don Hugo: Ahora, don Víctor, eso del fin del mundo… pues, la verdad, no acabo de creérmelo… hasta que no vea al bueno de Filipulus tocando el gong por la Gran Vía, qué quiere que le diga, yo seguiré yendo al Viena a platicar con usted.