
Don Hugo: Pero, dígame, don Víctor, ¿cómo fue entonces aquel accidente?
Don Víctor: Con esas velocidades, don Hugo, estaba cantado. Tenía que ocurrir un día u otro. En más de una ocasión el autobús había tomado ya aquella curva sobre dos ruedas hasta que aquel día se acostó… sin mayores consecuencias, afortunadamente.
Don Hugo: Y digo yo… ¿esta manía de querer hacerlo todo tan deprisa?
Don Víctor: Se trataba de aumentar la productividad: cuantos más viajes hacía el conductor, más cobraba… Imagínese cómo se puso todo el mundo en Somosaguas…
Don Hugo: Claro, cómo que aún no se habían celebrado las primeras elecciones democráticas… ¡Y bueno estaba el patio!… ¿Es cierto entonces lo que me contó mi hijo de que se constituyó un comité de estudiantes para organizar un boicot a la línea A?
Don Víctor: ¡Y tanto! Si hasta el lema era: “¡La EMT quiere acabar con nosotros!”… Esa frase la usamos en casa cada dos por tres cuando alguien abusa o se muestra prepotente.
Don Hugo: También me dijo mi hijo que formaron piquetes en la parada de Moncloa para increpar a los empleados y a los estudiantes esquiroles.
Don Víctor: Estaban ahí un inspector y un cobrador y este último no se pudo contener y les plantó cara y les gritó cuatro cosas… Tiempo le faltó al inspector para sujetarle por la manga y espetarle: “¡Tente, hombre, respeta los derechos humanos!”