El canto de un sestercio

Don Hugo: Se parece a la leche sin lactosa…

Don Víctor: … al pan sin gluten…

Don Hugo: … a la cerveza sin alcohol…

Don Víctor: … al café sin cafeína…

Don Hugo: … a la Coca-Cola sin azúcar…

Don Víctor: … en definitiva, la Navidad sin Niño Jesús.

Don Hugo: A mí esta iluminación me recuerda  los reflectores antiaéreos de las películas…

Don Víctor: Será  por si acaso se le ocurre aparecer a la estrella de Oriente, la de los Reyes Magos…

Don Hugo: ¿Pues no dice el bueno del padre O´Hara desde el púlpito de Killarney que habría que esconder las cruces con el Cristo agonizante que tanto asustan?

Don Víctor: Naturalmente, eso en estos tiempos demuestra un absoluto desconocimiento del marketing… ¡Fuera ya esa estética gótica de vírgenes dolorosas y santos torturados!

Don Hugo: ¿Bizantinismo entonces?…

Don Víctor: Claro, placidez ante todo… como una meditación de yoga. Volvámonos al Oriente y renunciemos a la pasión.

Don Hugo: ¿Y no le parecería mejor quitar todas las imágenes?…

Don Víctor: Claro, don Hugo, ¡el arte abstracto, como estas luces!

Don Hugo: Ha dado usted en el clavo. En el fondo, el buen cristianismo ha de ser un cristianismo sin Dios.

Don Víctor: Y Walt Disney su profeta.

Don Hugo: Y en lugar de San Juan Bautista, Poncio Pilato su precursor.

Don Víctor: Pues tiene usted razón, don Hugo, porque a don Poncio le faltó el canto de un sestercio para dejarnos sin Semana Santa.

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